"Me di cuenta de que estaba siendo fluido y me asusté", declaran a menudo mis pacientes.
Es una declaración, muy común entre las personas que tartamudean, revela un importante aspecto subjetivo: la fluidez del habla es extraña a la imagen que el tartamudo tiene de sí mismo como hablante.
¿Y por qué la propia fluidez asusta?
Porque la percepción de la fluidez despierta miedo o incluso la certeza de perderla. Despierta miedo/certeza de que se va a tartamudear.
El tartamudo, desde la infancia, construye una imagen de sí mismo como mal hablante. Esta imagen sostiene el habla con tartamudez a lo largo de su vida. Por juzgarse un mal hablante, el tartamudo está en constante estado de alerta ante la posibilidad de tartamudear. Esta alerta aumenta en la medida que aumenta la importancia que el tartamudo le asigna a las situaciones de comunicación y a las personas involucradas en ellas.
Esta alerta es importante porque, a partir de ella, la persona intenta hacer algo para no tartamudear o para minimizar la posibilidad de hacerlo: cambia las palabras que le parecen peligrosas por otras que juzga más fáciles, inserta sonidos o palabras antes de aquellas en que prevee que puede tartamudear, cambiar el tono de voz, baja la intensidad de ésta, habla más despacio o más rápido, habla sin permitirse respirar, inspira antes de hablar, repite la palabra o el sonido que antecede a la palabra temida hasta sentir que podrá decirla, entre otras.
Pero este cuidado es generalmente bastante frustrante, porque termina teniendo un efecto contrario a lo esperado: en vez de sentir que su habla está fluyendo libremente, siente que no tiene libertad para hablar como quisiera.
Sin poder entender la razón de ello, el hablante termina haciendo siempre más de lo mismo; o sea, intenta diversificar las formas de controlar el habla.
Generar condiciones internas para entender el mecanismo subjetivo de la tartamudez y poder escuchar la propia fluidez sin asustarase, escuchar la tartamudez sin intentar huir o disimular, temiendo lo que los demás van a pensar, es central en el proceso terapéutico que busca la superación del sufrimiento en relación a la forma de hablar.
Para tratar de tartamudez busque un profesional debidamente capacitado para abordarla en su totalidad, física, emocional y socialmente.