Trabajar la conciencia motora oral es importante para el tratamiento de la tartamudez en especial en adolescentes y adultos. Por medio de ella el hablante puede desarrollar una forma beneficiosa de lidiar con la tensión articulatoria que aparece cuando anticipa que va a tartamudear.
Este trabajo supone:
1. Desarrollar la conciencia fonoarticulatoria, con el fin de sentir y comprender la
mecánica de cada gesto del habla, así como la efectiva competencia para realizar
cada uno de ellos.
2. Desarrollar la capacidad de permanecer en esa conciencia cuando surja el
sentimiento de incapacidad para hablar. Esto implica un cambio a nivel de la
subjetividad; en vez de relacionarse mentalmente con una falsa impresión de
incapacidad, el hablante comenzaría a relacionarse con “el sentir” de una sensación
motora específica. Esta conciencia vivencial abre el camino a un retorno paulatino a
la mecánica automática e inconsciente de hablar.
Es una técnica que requiere el abordaje previo, sustentado en el entendimiento y la aceptación de la tartamudez como un modo más de hablar y la interacción con un terapeuta especializado en los problemas de la fluidez del habla, apto para acoger, entender y desarmar la trama de síntomas que se construyeron alrededor del habla, a lo largo de la vida, y ayudar a desarrollar un modo espontáneo de hablar en cualquier situación social.